miércoles, 28 de noviembre de 2007

Breve comentario sobre la vida y costumbres en una ciudad cosmopolita y urbana de un pequeño rincón del mundo (obviamente lo de breve...)


PD previa: Como veo que el temita de la expo ha causado interés, os adjunto aquí encima una de las dudas trascendentales que en la sala se quería plantear al público. Se admiten opiniones...
(Y ahora sí, empiezo...) He decidido reorientar mi vida, asumir las responsabilidades, centrarme de una vez en mi trabajo al cien por cien. Al menos hoy, un par de horicas... Y para ello, ¿hay algo mejor que actualizarse el bloccss? Es una obligación que tenía abandonada, y como ayer la retomé, pues parece que he cogido carrerilla, a ver en qué acaba todo esto.
Todo venía porque, ya que ayer os presenté mis incertidumbres sobre este país en el que no existe la palabra sobremesa (y en el que la Navidad empieza a finales de octubre, a juzgar por los adornos navideños, las lueces en las calles, los anuncios y las pistas de patinaje sobre hielo), quería seguir presentándoos un poco la ciudad y mi vida en ella. Vamos allá.
Hoy tocan relaciones sociales, o lo que en otras palabras se desglosa en dos temas apasionantes: cómo hablar en inglés en Inglaterra -incluso con ingleses!- (siempre me ha hecho más gracia la palabra italiana para esto: Inghilterra, suena más a cachondeo) y cómo hacer cosas gratis en Londres. Sí señor, dos temas apasionantes donde los haya.

1) La primera cuestión, "cómo hablar inglés en Inglaterra" no es moco de pavo, especialmente cuando se viene, como vine yo, a un departamento de estudios hispánicos y los primeros amigos que uno se hace son de cualquier sitio (de España, claro). La historia se complica cuando añadimos la enorme cantidad de españoles y suramericanos que se pueden encontrar en esta ciudad, que todo hay que decirlo, parecemos una plaga (de hecho en Camden venden camisetas haciendo alusión a nuestra afición por este lugar). Aunque, tal vez, todo se reduzca a una cuestión mucho más práctica: que hablamos más y más alto y que por eso es más fácil recaer en nosostros, todo podría ser.... Así que recomiendo encarecidamente a todos aquellos que piensen trasladarse a estas tierras una temporada que busquen casa compartida con extranjeros (yo vivo con una inglesa, youhou!!!! aunque ahí entran el problema nº 2: entenderla, y el nº 3: los diferentes conceptos de limpieza, pero esto sí que merece una entrada aparte...).

Una vez establecidos en Londres uno se dará cuenta que si hablar inglés no tiene porqué ser tan difícil (para eso están las tiendas, los bares, los polícias voluntarios), hablar inglés con un inglés es más jodido y si se busca a alguien de Londres... misión imposible. Creo que conozco a una persona de Londón-Londón, y ni siquiera la he conocido aquí, que la cosa ya venía de antes. Aquí nadie es de aquí, aunque supongo que eso hace las cosas más fáciles y permite que uno se sienta enseguida como en casa.

(De hecho, y poniéndonos serios -tal vez por primera vez en el bloccsss- los inmigrantes aquí, y supongo que podría incluirme, pueden integrarse si quieren -si no quieren, pues oye-, quiero decir, existen mecanismos sociales, posibilidades, para que se integren. Hay gente de todas las nacionalidades desempeñando los más variopintos empleos, desde camarero a banquero, de policía hindú con turbante a profesor. Y aunque hay barrios más pijitos o más residenciales en los que es más difícil ver a gente que no sea blanca, los pisos de protección oficial del ayuntamiento se alternan con las típicas casas adosadas inglesas; y aunque haya barrios chungos -como en cualquier gran ciudad-, y la gente allí suela ser negros, o chinos o pakistanís, las madres solteras de las estadísticas también incluyen, y mucho, a las típicas inglesas rubias de 16 años, no sólo a los de fuera. En cambio, y comparando con mi experiencia francesa, creo que allí están mucho más marginados: los inmigrantes de clase media-baja viven en barrios diferentes, con pocas oportunidades de salir de allí, y claro, luego pasa lo que pasa... en París, por ejemplo. Estaba pensando ayer que en los tres años que he estado cundiendo por tierras francesas no he hecho ningún conocido que no fuera estándar francés/europeo -racialmente o físicamente hablando-. En fin).

Volviendo al tema de la socialización, he de confesaros que descubrir The Castle ha sido muy importante para mí en este aspecto. Un rocódromo gigante dentro de un edificio impresionante o mejor dicho, un edificio impresionante reconvertido en rocódromo (véase la foto de arriba, la del neón, no, que se os van los ojos, la de la derecha...). Eso es The Castle. Y resulta que de cuando estuve aquella vez hace tres años viendo a Víctor , el artista (leer el post de ayer, hombre, que luego os perdéis con las explicaciones, y podéis ver hasta su web) pues conocí a unos amigos suyos que trabajan ahí, uno de profesor de escalada, otro en la recepción y otro en la cafetería (porque sí amiguitos, esto es tan grande que tiene tienda, café, dos pisos y medio y hasta una torre para rappel. Meteros en la página y ver la galería de fotos, que no tiene desperdicio).
Total, que yo fui a informarme porque Víctor trabajó también allí y me encuentro a esta gente: un francés y dos húngaros (y ahora una española, esto parece un chiste de ésos). Así que no sólo tengo amiguetes para escalar, sino que me corrigen, me enseñan a calentar (no seáis mal pensados) y a estirar, y además estoy en la lista VIP -entro gratis cuando quiera-. Vamos, que no me lo creo.
Y aquí entramos en la parte 2. Cómo hacer cosas gratis en Londres.
2) Como habéis podido comprobar, en parte la cuestión es un poco cosa de suerte y un poco cosa de saber moverse. Si no se tiene ni una cosa ni la otra, siempre queda la Time Out, que ya he dejado de comprarme porque en Internet es gratis y además te desborda menos. Uno pone la fecha y free, y oye, que le aparece todo lo habido y por haber en Londón, eso sí, a veces se tienta a la suerte.
COmo ayer...
Uno piensa que va a ver un cuentacuentos en una biblioteca del centro (al lado de Leicester Square, la plaza de los estrenos de cine) y mientras escucha los gritos de la gente porque llega Nicole Kidman a presentar la película ésa para críos que los católicos de EEUU denuncian como pro-atea (igual voy a tener que ir a verla), se da cuenta de que ni cuentacuentos ni ná. Que te has metido en la charla de un agüelete de 80 años que solía ser actor y ahora se dedica a rastrear en los archivos sobre obras de principios de siglos y sus estrenos. Y oye, eso está muy bien, pero para él y sus nietos, en su casa. Que cogió tres críticas de periódicos de la época, cuatro diapositivas y unos cuantos ataques de tos y se montó una charla tan ricamente. Eso sí, había café gratis. Y zumo. Y sobre todo, la fauna entre el público no tenía desperdicio: amiguetes del agüelo, modernos trasnochados siguiendo a ciegas las indicaciones de la revista de marras, borderlines que la gozaron en el turno de preguntas, amas de casa sin otros quehaceres, gente que yo creo que directamente va a estos sitios a dormir caliente -si no no se explica su capacidad- y el rey de la fiesta (que espero fuera el crítico de la Time Out que viniese a comprobar el espectáculo recomendado y se jodiera, como todos): un tío alto, con pantalón de polipiel gris claro, botas alta de pieles por dentro, de estas que se vuelven y sale el pelo para fuera, cazadora bomber con estampado militar y más pieles, camiseta rosa bien ajustadica, recauchutando los michelines de hombre de cuarenta sin especiales dones físicos y sudadera de capucha en cuyas mangas podía leerse: Rockstar. Desde luego, para mí lo era.
Total, que la experiencia valió la pena: no me había reído tanto desde que los amiguetes que venían conmigo (no daré aquí sus nombres por respeto a su privacidad e intimidad) dijeron en serio que les había gustado. Menos mal que estaba también el doctor Martín, que con su sabiduría apoyó mis impresiones.... En fin.
De todas formas, hay más cosas por hacer de gratis, y si no que se lo digan a los de esta página http://www.londonisfree.com/.
En fin amiguitos y amiguitas. Si todavía estáis ahí, mis más sinceras felicitaciones.
Como hablaba ayer con mi madre (mujer sabia donde las haya), si escribo un par de entradas más como esta y consigo que las leáis, me llama la RAE o el Ministerio o alguien seguro, para felicitarme por subir el nivel de lectura en España, porque menudos rollos me suelto.
Lo siento y gracias. Me gusta escribir o contar o hablar o las tres. Lástima que haga las tres cosas de la misma manera... A cuidarse mucho.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La lectura de este post me la dejo para casa, que creo que ahora en el trabajo no sería muy productivo (qué ingenua, me había creido lo de breve)

Un besote

(Te fijarás en que en realidad nunca te escribo un mail pero siempre te dejo comentarios, jejeje)

aNiCa dijo...

Pero vamos a ver, todo el rollo este, que sí, que muy majo, pero que no contesta a la pregunta principal: "Is Anal Sex legal?"

Anónimo dijo...

pues si me decido a escribirte,aunque por dios que puedo morir despues de los testamentos que metes,hija.
sólo decirte que vaya morro que tienes, que el castle tiene una pinta espectacular y que en un sitio asi hasta a mi me entraban ganas de rscalar (ja,ja,ja)ya me rio yo por ti,pero vamos a echar un cafe y recrear la vista si,no?
un besiko y hemos recibido la postal y efectivamente HE ESTADO ALLI,je.